Hablabas mucho, me hacias reir, cantar, llorar y enojar con tus cosas tan absurdas, fantasiosas y extrañas.
Luego como si hubieses sufrido alguna clase de amnesia, como si nosotros hubiésemos sido producto de mi imaginación me cerraste el acceso a ti y con lagrimas en tu rostro y bajando la mirada, como si nunca hubiésemos sucedido… Te marchaste
No hay comentarios:
Publicar un comentario